LUZ DERQUI
VALENCIA. El conseller de Sanidad, Rafael Blasco, anunció ayer que la
Conselleria de Sanidad estudia incorporar en su cartera de servicios la
técnica de diagnóstico preimplantacional. En una primera fase este tipo de
tratamientos con el que se puede evitar que unos padres portadores de una
enfermedad monogenética puedan tener un hijo enfermo, se llevará a cabo
únicamente en el hospital La Fe de Valencia, aunque posteriormente se podrá
ampliar a otros centros sanitarios de la Comunidad.
Evitar 50 enfermedades
Se trata de una vieja iniciativa de la administración Valenciana, que en un
primer momento se proyectó concertar con el IVI, ya que este centro lleva
años realizando este tipo de tratamientos para evitar cerca de cincuenta
enfermedades monogénicas, entre las que destacan la fibrosis quística, la
atrofia muscular espinal, incompatibilidad del factor rhesus, síndrome del X
frágil, distrofia miotónica de Duchenne, hemofilia o el síndrome de marfan.
La técnica, en creciente demanda, consiste en la extracción de una célula de
un embrión con microinyección para su análisis, en busca de defectos
cromosómicos o genéticos, de forma que se implanten a la madre solo los que
están libres de estas alteraciones.
Ahora serán los centros públicos los que puedan llevar a cabo esta técnicas
indicadas para parejas con riesgo de transmitir alteraciones cromosómicas o
monogénicas.
Un plazo «razonable»
Un plazo de un año sería el tiempo «razonable» para poder poner en marcha
las instalaciones necesarias, según confirmó el conseller quien destacó la
«complejidad» que supone este tipo de servicios.
Para Blasco, con esta iniciativa se busca que «no exista división respecto
de unas personas de una comunidad u otras» en alusión a la opción que ya
existe en Andalucía, donde algunos hospitales públicos tienen servicios de
diagnóstico preimplantacional, «pero sólo para los andaluces» según matizó
el responsable autonómico de Sanidad.
Blasco presidió ayer la Comisión Autonómica de reproducción Humana Asistida,
un órgano asesor de la Conselleria de Sanidad, que se convocó para autorizar
al IVI a realizar los tres primeros casos de diagnóstico preimplantacional
para conseguir un bebé genéticamente compatible con otro enfermo.